lunes, 2 de noviembre de 2009

INTRODUCCIÓN

Hoy en día tiene mucha importancia la forma de interactuar con los demás o de relacionarse a nivel interpersonal.

Vivimos en un entorno social en el que las habilidades que poseemos para entender y comprender al otro, (así como para expresar o comunicar nuestras opiniones y sentimientos), juegan un papel importantísimo a la hora de desarrollar una adecuada relación.
Conductas tan habituales como hablar con un amigo, pedir algo prestado a alguien, participar en una reunión de trabajo, decir no a un vendedor pesado o negociar un aumento de sueldo, pueden crear malestar o conflicto a muchas personas.
Por ello es importante desarrollar técnicas o habilidades que nos ayuden a hacer frente a estas situaciones.

El entrenamiento de la asertividad permite reducir el malestar, pues nos enseña a defender y autoafirmar los propios derechos, sin agredir ni ser agredido, posibilitando también aumentar la capacidad para transmitir a otros nuestras opiniones o sentimientos de manera eficaz y sin sentirnos mal por ello.

Ser asertivo significa tener una autoestima alta, creer en nuestros derechos y así poder relacionarnos con los demás de igual a igual, sin sentirnos inferiores o superiores a ellos. La persona asertiva respeta y es respetada, y es capaz de defender sus intereses de una manera cordial.

Partimos de lo anterior para darle conceptualización a ser asertivo, definido por Fensterheim y Baer (1976): “Es aquella persona que tiene una personalidad excitativa o activa, el que define sus propios derechos y no presenta temores en su comportamiento.”

Al decir asertividad entonces, nos estamos refiriendo a una forma para interactuar afectivamente en cualquier situación, incluyendo aquellos momentos en las relaciones entre los seres humanos que representan un reto para quien envía un mensaje, debido a que a través de este se puede confrontar e incomodar a quien lo recibe.

Nosotros como individuos en nuestro medio y contexto social debemos estar preparados para manejar inteligentemente los conflictos interpersonales, los cuales surgen naturalmente, debido a que todas las personas poseemos creencias, sentimientos y deseos divergentes. De no manejar con cuidado, estos conflictos pueden causar sentimientos de inseguridad, exclusión, irritación y frustración.

Dentro de las habilidades sociales es importante destacar la asertividad como esencial en todas las facetas de nuestra vida, siendo el principio subyacente a la asertividad es el respeto hacia uno mismo y hacia el resto de personas. En muchas ocasiones, en el ámbito familiar o laboral, se nos piden cosas que no podemos o no queremos realizar. A veces debemos decir "NO", ya que si no lo hacemos nos sentiremos forzados a realizar algo que no queríamos y esto provocará malestar.

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